-nivel 30
- puntos de golpe 27
-Agilidad 0
-Precio de tienda $22000
-Venta mínima $13200
-nivel 31
- Defenza 8
-Agilidad 0
-Condición 0
-Precio de tienda $5500
-Venta mínima $3300
La tierra temblaba por el golpear sobre ella de miles de infantes y caballos, el ruido de cientos de tambores apagaba los gritos de los Jefes Militares sarracenos llamando a la batalla. Los vigías de la torre distinguieron, en el horizonte, una gran nube de polvo. El ejército cristiano se acercaba.
Nerviosos y exaltados todos los soldados sarracenos se aprestaron a la batalla. Valerosos y aguerridos salieron al encuentro del enemigo que se acercaba a su fortaleza.
Algo les lleno de júbilo, por el oeste se acercaban los ejércitos de sus aliados, a los que se habían unido voluntarios y amigos. Junto a ellos estaban los mercenarios contratados para la batalla. Todos juntos formaban un bloque, una sola unión pagano-sarracena.
Pasaban los minutos, el ejército que habían logrados convocar La Guardia de la Media Luna se alineaba frente a la puerta de la fortaleza sarracena. Ya casi podían distinguir los rostros de sus enemigos.
-¡¡¡¡¡Acabad con los infieles -gritó el maestro cristiano y todos a coro respondieron- Muerte a los infieles!!!!!
Los caballeros cristianos se lanzaron a correr a galope tendido hacia el castillo de La Guardia de la Media Luna.
Eisha levanto la espada, miró a sus jefes y amigos
-¡¡¡A la carga!!!- gritó al tiempo que bajaba la espada en dirección el enemigo, todos los jinetes golpearon los flancos de sus monturas a la par que desenvainaban las espadas, la batalla había comenzado.
Golpear de espadas contra espadas, choque de escudos, relinchar de caballos, lamentos de los heridos y por fin, gritos de ¡victoria!. Habían logrado, de nuevo, derrotar al enemigo.
Tarquino y c izquie, habían estado magníficos en la defensa de las murallas del castillo, con tenacidad defendieron su hogar, mientras que salahdin, Jisis y Radamante habían estado al lado de sus jefes en todo momento, sabían que el enemigo iría a por ellos, eran un grupo unido y claramente debían defender con su vida a aquellos que con tanta firmeza los guiaban, varias veces gritaron
-¡¡¡Atrás tuyo Eisha!!! ¡¡¡Cuidado Octavia!!!- o simplemente poniendo su espada cuando el otro lo necesitaba o se veía en peligro; y por último Ali sarrah que había estado pendiente de los Maestro y jefes aliados, había sido la sombra de algunos cuando los cristianos bajaban la guardia.
Todos se habían distinguido hoy en la batalla, algunos habian sobrevivido, otros yacían, sin vida, sobre el campo de batalla.
Soy Ainfean, sarracena de nacimiento, nací en las tierras que mis padres habían logrado conquistar. He crecido y vivido entre guerras, mi vida ha visto correr la sangre de mis hermanos, amigos, incluso la de mi madre. Hoy solo tengo a mi pueblo, al que debo guiar con valentía a la batalla poniendo en riesgo mi vida y la descendencia de los Charane, los que me conocen me dicen Kahina, que significa princesa guerrera, solo mis mas cercanos saben que lucho a la cabeza de mi pueblo, solo los que me conocen saben que mi alma y corazón está en contra de aquéllos opresores de mi pueblo que, camuflados por una cruz y un Dios, destruyen todo lo que hay a su paso.
Vengo de tierras lejanas me separé de mi pueblo para vivir mi propia vida, abandoné mis deberes de guía de mi pueblo, Kahina de mi gente, solo Ain para mi verdadera familia no la de sangre, sino la de alma. Me tocó guiar a aquellos que en mi confiaban, cientos de batallas libramos, pero llegó un momento en el que me pregunté si lo que tenía era realmente lo que deseaba y la respuesta fue clara, no era feliz con mi vida, deseaba algo más, por eso abandoné las batallas de mi familia de sangre para buscar nuevo horizontes, así fue como llegué hasta donde se libraban otras batallas contra cristianos, fui acogida por una familia sarracena y luche cientos de batallas junto a ellos y nuestros hermanos paganos, hasta que un día lo conocí a él.
Era una batalla cruda, las espadas chocaban a diestro y siniestro, los gritos de los heridos al ser golpeados por las espadas, por las empuñaduras, al ser pisoteados por los caballos amigos y enemigos. Había perdido mi montura, por lo tanto peleaba de pie, tenía varios cortes, estaba cansada, podía sentir el sudor corriendo por mi cara, mi espada estaba llena de sangre pero no tenía tiempo de limpiar la sangre de mis contrincantes, llegó un momento en el que ya no podía más, el brazo me dolía hasta que una voz resonó a mis espaldas.
Golpear por la espalda no es digno de alguien que se hace llamar cristiano.- Me giré cuando por fin me deshice del cristiano con el que peleaba vi una cabellera negra caer desde un casco, a mis pies yacía el cuerpo de alguien a quien no había matado.
¿Te encuentras bien?- me pregunto el hombre que me había salvado, se había girado y su rostro estaba a unos centímetros de mi rostro, yo no podía hablar, sentía los gritos de victoria y yo….yo solo tenía ojos para él.
-Soy Eisha.- me dijo.- espero que te encuentres bien, estos desgraciados no pueden atacar de frente.-Estiro su mano para tomar la mía, yo temerosa se la di y cuando la apreté me abrazo con fuerza a su cuerpo.
Así fue como llegué a este lugar, Eisha me entregó su corazón, y yo se lo di a él, ahora estamos casados y vivimos como una familia dentro de GML orden que se ha transformado en mi hogar, mi verdadero lugar feliz.