lunes, 31 de enero de 2011

Ainfean


Soy Ainfean, sarracena de nacimiento, nací en las tierras que mis padres habían logrado conquistar. He crecido y vivido entre guerras, mi vida ha visto correr la sangre de mis hermanos, amigos, incluso la de mi madre. Hoy solo tengo a mi pueblo, al que debo guiar con valentía a la batalla poniendo en riesgo mi vida y la descendencia de los Charane, los que me conocen me dicen Kahina, que significa princesa guerrera, solo mis mas cercanos saben que lucho a la cabeza de mi pueblo, solo los que me conocen saben que mi alma y corazón está en contra de aquéllos opresores de mi pueblo que, camuflados por una cruz y un Dios, destruyen todo lo que hay a su paso.

Vengo de tierras lejanas me separé de mi pueblo para vivir mi propia vida, abandoné mis deberes de guía de mi pueblo, Kahina de mi gente, solo Ain para mi verdadera familia no la de sangre, sino la de alma. Me tocó guiar a aquellos que en mi confiaban, cientos de batallas libramos, pero llegó un momento en el que me pregunté si lo que tenía era realmente lo que deseaba y la respuesta fue clara, no era feliz con mi vida, deseaba algo más, por eso abandoné las batallas de mi familia de sangre para buscar nuevo horizontes, así fue como llegué hasta donde se libraban otras batallas contra cristianos, fui acogida por una familia sarracena y luche cientos de batallas junto a ellos y nuestros hermanos paganos, hasta que un día lo conocí a él.

Era una batalla cruda, las espadas chocaban a diestro y siniestro, los gritos de los heridos al ser golpeados por las espadas, por las empuñaduras, al ser pisoteados por los caballos amigos y enemigos. Había perdido mi montura, por lo tanto peleaba de pie, tenía varios cortes, estaba cansada, podía sentir el sudor corriendo por mi cara, mi espada estaba llena de sangre pero no tenía tiempo de limpiar la sangre de mis contrincantes, llegó un momento en el que ya no podía más, el brazo me dolía hasta que una voz resonó a mis espaldas.

Golpear por la espalda no es digno de alguien que se hace llamar cristiano.- Me giré cuando por fin me deshice del cristiano con el que peleaba vi una cabellera negra caer desde un casco, a mis pies yacía el cuerpo de alguien a quien no había matado.

¿Te encuentras bien?- me pregunto el hombre que me había salvado, se había girado y su rostro estaba a unos centímetros de mi rostro, yo no podía hablar, sentía los gritos de victoria y yo….yo solo tenía ojos para él.

-Soy Eisha.- me dijo.- espero que te encuentres bien, estos desgraciados no pueden atacar de frente.-Estiro su mano para tomar la mía, yo temerosa se la di y cuando la apreté me abrazo con fuerza a su cuerpo.

Así fue como llegué a este lugar, Eisha me entregó su corazón, y yo se lo di a él, ahora estamos casados y vivimos como una familia dentro de GML orden que se ha transformado en mi hogar, mi verdadero lugar feliz.



1 comentario:

Joha dijo...

bueno ya sabeis q opino de la idea ;) de momento os marcha genial y espero q sigan crecieondo los escritos un besito y ya sabeis q teneis un blog hermano :)