lunes, 14 de febrero de 2011

Ejecutores Templarios 14.02.2011 23:30


La guardia de la media luna tenía todo dispuesto para el ataque a los Ejecutores Templarios. Las primeras tropas habían sido enviadas en la madrugada, al frente del asedio iba Octavia y Hombre del Saco, ellos eran los estrategas por excelencia en la Orden atacante, tenían un plan, el castillo enemigo sería minado por partes, no atacarían de una vez, la idea era debilitarlos y cuando el ejercito GML estuviera completo asestarían el golpe de gracia para acabar con los cristianos. Para cumplir el cometido se habían llevado a Titán, Jisis, Radamante y C izquie, este último sería el espía oficial de la orden, entre los arbustos que crecían cerca del campamento enemigo espiaba y enviaba a los halcones mensajeros con los reportes, además se había llevado al pequeño de la orden para que aprendiera de espionaje, Sayd estaba deseoso por participar.

Cuando ya tenían una idea clara de la disposición de los campamentos hicieron que el pequeño grupo que con ellos iba atacara a los vigías y mensajeros, luego atacaría a la primera barrera defensora y así hasta llegar al castillo, cuando les faltaba poco para llegar a las líneas defensoras con mas poder Octavia dio el grito de ataque al ver la señal que Eisha hacía con la espada incitando a los ejércitos aliados a terminar de una vez por todas la batalla, ya suficiente habían torturado durante el día a los cristianos para aumentar aun más el suplicio. El ejército había cabalgado con rapidez desde la fortaleza. Los reportes les habían estado llegando con regularidad, sabían que no estaban en peligro de perder, pero no querían dejar a Octavia y Hombre del saco mas tiempo solos.

La batalla fue fácil, la estrategia usada había sido la mejor, Octavia había peleado como una valiente, había dado mandobles a decenas, los cristianos al ver que se acercaba huían despavoridos, para ser alcanzados con presteza por algún guerrero, sus gritos de rabia al pelear resonaban por todo el campamento, el casco se le había caído en el fragor de la batalla, su pelo ondeaba al viento y eso la hacía ver mas temible, pero también mas hermosa que cualquier guerrera presente en el campamento.

-¡La victoria es nuestra!.- Gritó emocionada, el choque de las espadas se detuvo, el viento comenzó a soplar con fuerza, llevando consigo los gritos de agonía de los últimos cristianos que caían bajo el acero de sarracenos y paganos luchando como hermanos con una sola meta, acabar con los cristianos…..

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