viernes, 11 de febrero de 2011

La Gran Alianza (1ª Parte) 11/02/2011

Hoy era un día tranquilo, los exploradores destacados para vigilar los alrededores de la fortaleza habían vuelto sin observar ningún movimiento extraño en los caminos circundantes. Solo faltaba uno de ellos, Tarquino, que eligió patrullar la zona mas al noroeste.
En la cocina se trabajaba sin descanso preparando un gran banquete que serviría para celebrar el regreso de Ainfean, la cual había estado los últimos días visitando a su familia.
Repentinamente los vigías dieron la voz de alerta, un jinete se acercaba velozmente. Todos los guerreros y guerreras, que se encontraban practicando en el patio de armas, corrieron hacia la puerta preguntándose quién sería aquel jinete que se aproximaba como alma que lleva el diablo.
Al poco le distinguieron, era Tarquino, espoleando a su caballo como si le fuese la vida en ello. Algo grave debía suceder. Bajo del caballo de un salto, al tiempo que todos le rodeaban esperando sus novedades. Apenas tuvo un momento para recuperar la respiración cuando jisis, cogiéndole por los hombros ya le preguntaba. Su rostro se crispo, mostrando preocupación, un gran ejército encabezado por La Gran Alianza marchaba hacia nuestra fortaleza, aquella misma noche estarían frente a sus muros.
Izquie y Radamante no lo dudaron ni un segundo, raudos fueron hacia sus monturas mientras, animaban a algunos de nuestros mejores arqueros para que tomasen sus caballos y les acompañasen, hostigarían el enemigo durante su marcha. Jisis y Eisha decidieron acompañarles.
Mientras tanto El Hombre del Saco comenzaba a mandar mensajeros para que cabalgasen a la búsqueda de mercenarios que nos ayudasen en la batalla. Por su parte, Dark Savior y Octavia partieron hacía los castillos de nuestros aliados para solicitar su participación en el combate.
Entre tanta agitación solo Eisha, como si poseyese un sexto sentido, se había percatado de la llegada de Ainfean quién, afortunadamente, no llegaba sola. Por el camino había recogido a un buen número de amigos y amigas, a los cuales había invitado a cenar aquella noche en el castillo, amigos que, con toda seguridad, no desaprovecharían la ocasión de participar en el combate.
Jasmine y Alí Sarrah llamaron a todos los guerreros a la armería, ellos se encargarían de proporcionar las armas y armaduras necesarias a todos para que estuviesen prestos para el combate lo antes posible. El Viejodelamontaña, acompañado del jóven Sayd, salió para explorar los alrededores y asegurarse que ningún otro enemigo se encontraba cercano.
Poco a poco, la fortaleza recuperó la tranquilidad, ya solo quedaba esperar el momento en que el enemigo se acercase a sus puertas. El resto de los miembros de la orden que quedaban en su interior subieron a los muros y almenas, escudriñando el horizonte. Nana y Espectrus se ocupaban del frente, el Sultán Baibars del muro oeste y Salahdin el muro este.
Muakis, en el centro de la plaza de armas, se mostraba pensativo, repasando mentalmente todos los preparativos que se estaban haciendo, nada podía quedar a la improvisación, cualquier fallo podría significar una derrota. Titán se acerco a él y se sentó a su lado, afilaba calmadamente su sable, sable que pronto se llenaría con sangre cristiana. Sherpo Robert charlaba animadamente con los amigos que habían llegado a la fortaleza acompañando a Ainfean, se mostraba alegre y conversador, aunque todos sabían que interiormente, aquel sorpresivo ataque le tenía preocupado.
(fin de la primera parte)


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